Pocas veces me he adentrado tanto en el universo de un autor como en el caso de Joe Orton. Gracias a sus diarios he podido navegar en la vida de un autor que establece un nexo inseparable entre los acontecimientos personales y su obra. Nos encontramos ante el texto de un hombre que vivió hasta las últimas consecuencias. Hace más de 30 años que se escribió esta obra y en estos momentos podemos continuar preguntándonos por el verdadero papel de la autoridad, la familia, etc. Vemos como permanecen los prejuicios y como sin duda, el mundo occidental, cada uno y cada una de nosotros busca EL BOTÍN, pasando por encima de todo, a cualquier precio. Me gusta el gamberrismo de Orton y esta manera de observar la poca candidez del mundo, la maldad y la corrupción desde la mirada fría del observador que concluye el visionado con una leve sonrisa. Aprovechémonos de este autor para reflexionar y para reír. Ya que sólo vivimos en la infancia y después sobrevivimos como podemos, riéndonos de nosotros mismos viendo nuestras suciedades, nuestros deseos materialistas y poco ortodoxos, intentando, como siempre, guardar las apariencias.