Quién sabe cuántas veces nos hemos planteado quiénes somos y de dónde venimos. Pili y Pepperoni vienen de la pizzería de Giulio. Han pasado veintes y años y ahora trabajan en un teatro. Pero como la mayor parte de la humanidad tampoco saben donde van. Nacen, comen, se reproducen, ven la tele y mueren. La realidad, el hecho de la existencia de las cosas, tiene muchas caras, pero se empeña menudo a enseñarnos la parte más fea, la más amarga, y por eso nos empeñamos en huir. Antes estaba la religión, que era el opio del pueblo, pero ahora hemos aprendido a fabricarse un mundo de ficción. Pero ¿quien maneja los hilos?, ¿qué demiurgo?, ¿cuál es el autor de esta pieza de teatro que es el mundo? ¿Calderón de la Barca? ¿William Shakespeare? ¿Stephen Hawking? ¿Nos despertaremos un día y veremos que somos sólo los personajes de ficción de un autor de tercera categoría? ¿Y nos rebelaremos? ¿Contra qué? ¿Contra quién? ¿Y por qué tenemos esta necesidad de encontrar un titiritero? Quizás es que tenemos miedo de quedarnos solos, libres, perplejos, dueños de nuestro destino. Ay, pero es que es tan bonito ser la novia de Gary Cooper, y que un día te cojen y te chupen toda como un polo.