Todo muy sencillo y bien alegre! Pasar un cuarto de hora de vacaciones con Ovidi debajo de un almendro «galáctico»; 15 minutos cantando y riendo con nuestros amigos más pequeños. ¿Por qué? Porque hace 70 años que nació Ovidi y nos encanta. Aún están vivas entre nosotros sus canciones. Y porque somos unos sentimentales, unos sentimentales de la tierra.